Estamos siempre a la espera de algo, y mientras tenemos en cuenta su precio.Para saber el precio del año, pregúntale a un estudiante que no aprobó el examen. Para saber el precio del mes, pregúntale a una madre que dio a luz prematuramente. Para saber el precio de la semana, pregúntale al editor de la revista semanal. Para saber el precio de la hora, de pedir a la amante, a la espera de su amado. Para saber el precio, pregunte a perder el tren. Para saber el precio de un segundo, pregúntale a alguien que ha perdido a un ser querido en un accidente de coche. Para saber el precio de una milésima de segundo, pide a la medallista de plata de los juegos Olímpicos.
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Eilat
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