Las chicas orientales no pueden dejar de admirar su belleza y sofisticación. Siempre parecen tan pequeñas, frágiles y como si las estatuillas de porcelana cobraran vida. Esta chica es igual de elegante. Con su mascota, están juntos cerca de un árbol en flor. Las flores están en todas partes: en el árbol, en el cabello de la niña y en su vestido. Ella piensa en algo propio y definitivamente agradable.
Ubicación de la imagen:
Moscow
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