Esta obra nos invita a contemplar un paisaje etéreo donde la niebla abraza suavemente un amanecer de tonos rosados y azules. Los árboles, apenas visibles, se reflejan en un agua tranquila, creando una escena de minimalismo y serenidad que evoca calma y misterio. La luz difusa del alba se filtra a través de la bruma, dotando al cuadro de un aire onírico y poético, ideal para quienes buscan piezas que inspiren introspección y conexión con la naturaleza. Este óleo sobre lienzo captura la esencia de un valle soñador, donde el silencio y la belleza se entrelazan en perfecta armonía.
Ubicación de la imagen:
Madrid
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