Un carbonero posado en la rama de un viejo abedul, cubierto de follaje joven, de color verde brillante. Los rayos del sol, atravesando la densa copa, jugaban sobre su plumaje, creando reflejos extraños.
El carbonero limpiaba lentamente sus plumas, mirando de vez en cuando a su alrededor con sus brillantes ojos negros. El aire del verano, lleno del aroma de hierbas y flores, vibraba con el zumbido de los insectos. La rama en la que estaba sentado el carbonero se balanceaba ligeramente con la ligera brisa, haciendo crujir las hojas.
De repente el pájaro se quedó congelado, alerta. Su mirada aguda se fijó en algo entre el denso follaje. Con un movimiento brusco revoloteó hacia arriba y desapareció entre la sombra verde. Un momento después reapareció sosteniendo una pequeña oruga en su pico y se posó nuevamente en la rama. Su canto resonante y melódico se fusionó con el coro general de los pájaros del bosque, creando una sinfonía única de verano.
Ubicación de la imagen:
Moscow
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