Pinté el cuadro "silencio Absoluto", inspirado por la profundidad en la que una mujer se encuentra consigo misma. En esta imagen, quería reflejar la belleza del cuerpo femenino, no como un objeto, sino como una extensión natural de su alma sutil y misteriosa. A través de la suavidad de las formas, la paleta modesta y la casi total falta de detalles, traté de Mostrar: el infinito vive en la simplicidad.
No hay superfluo en este trabajo, solo respiración, paz y aceptación total. Elegí conscientemente el minimalismo para dejar espacio para el silencio, para la mirada, para la respuesta interna del espectador. Aquí la mujer no posa, solo está allí. Es parte de la tierra, de la luz, del ritmo de la vida. Y en esta presencia silenciosa nace una belleza real, madura y silenciosa.
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