La obra "Disolución" es una reflexión sobre la descomposición gradual de las formas y los estados, donde los tonos azules y oscuros simbolizan la transformación de la materia y la conciencia. Las pinceladas suaves y las texturas superpuestas evocan los ciclos naturales: desde el florecimiento hasta la desaparición. Fragmentos similares a nubes se disuelven en la profundidad, ofreciendo al espectador un espacio para su propia interpretación. No es solo una abstracción, sino una metáfora de los procesos internos, donde del desmoronamiento puede nacer lo nuevo.
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