Esta obra, titulada "Cyan", abre el cuadríptico CMYK, en el que cada pintura representa uno de los colores básicos de impresión y ocupa su lugar en la secuencia cromática. En "Cyan", las suaves transiciones de azul y turquesa evocan una sensación de profundidad y frescura, complementadas por delicados acentos de violeta, rosa y amarillo. Líneas abstractas y ligeras, como hilos sin peso, atraviesan la composición, recordando el movimiento del agua o de las corrientes de aire. La pintura evoca asociaciones con la transparencia del océano, la frescura del cielo matutino y la calma interior, dejando al espectador espacio para sus emociones e interpretaciones personales.
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