Mirando las ramas cubiertas de nieve, sientes que aquí se borra la línea entre la realidad y la magia. Es como si estuvieras dentro de un cuento de hadas donde las ramas de los árboles pueden susurrar y los espíritus del bosque se esconden en la nieve. Después de todo, el bosque de invierno es el mejor antidepresivo que enseña a ver la belleza en rigor y tranquilidad, recuerda el ciclo de la vida y le da el mismo silencio en el que puede escucharse a sí mismo.
Ubicación de la imagen:
Moscow
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